Consecuencias demográficas
A pesar de los esfuerzos por desacelerar el crecimiento demográfico a nivel
mundial, la población humana sigue aumentando, y crece también la presión sobre
la tierra agrícola existente. La superficie disponible para una expansión
agrícola idónea se reduce en todos los continentes. No obstante, en Africa y
América Latina quedan todavía grandes superficies que podrían dedicarse a la
agricultura. Los elevados costos que ello tendría para la población autóctona
que vive en los bosques, así como para la diversidad biológica y la vegetación
forestal y de la sabana, han disuadido a muchos gobiernos de aplicar esa
estrategia. La adopción del Programa 21 y de la Declaración de Rio durante la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
(CNUMAD) de 1992 por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas ha
confirmado la preocupación mundial por el medio ambiente natural y sus
habitantes. En casi todas las regiones, para aumentar la producción de alimentos
y la seguridad alimentaria se habrán de buscar en el futuro procedimientos
distintos de la conversión en gran escala de hábitat naturales frágiles en
tierras de cultivo. Como consecuencia de la entrada en vigor de los convenios
inspirados en los principios del Programa 21 (por ejemplo, los relativos a la
diversidad biológica, el cambio climático y la desertificación), las naciones
han aceptado compromisos jurídicamente vinculantes en favor del desarrollo
sostenible.
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